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Le mataron un hijo y convirtió su vida en un peregrinar por justicia: Nelly Arata será distinguida como mujer destacada en Morón

INTEGRA LA ONG MADRES Y FAMILIARES DE VÍCTIMAS (MAFAVI), UN GRUPO DE SE CONFORMÓ PARA BATALLAR DESDE EL LLANO CONTRA LA IMPUNIDAD. EL ACTO DE RECONOCIMIENTO SE LLEVARÁ A CABO MAÑANA, MIÉRCOLES 7 DE MARZO, EN EL TEATRO MUNICIPAL GREGORIO DE LAFERRÈRE, DESDE LAS 18.30.
El 2 de junio de 2002 a las 19:30, Fabián Claudio Arata salía de su domicilio en el barrio San Alberto, de Ituzaingó, junto a su hermano y su cuñada. Se había casado un año antes, por lo que hacía poco tiempo que habitaba esa casa. Abrió la reja, sacó el auto y lo estacionó para cerrar el portón. En ese momento se le aproximó otro vehículo, del que descendieron dos individuos. Lo asaltaron. Mientras uno de ellos los apunta con su arma, el otro los despoja de un celular y una cadenita que Sergio, el hermano de Faby, llevaba en el cuello. Comenzaron a exigirles dinero, pero como las víctimas no tenían efectivo encima, a muy corta distancia, Fabián fue ejecutado de un tiro en el pecho. El auto en que se movilizaban los delincuentes había sido robado días antes por estos malvivientes, conocidos en la zona por sus delitos y por exhibir armas con total impunidad. A pesar de eso y del reconocimiento de los testigos presenciales se dieron a la fuga. Se trataba de Juan José Zapata, quien permaneció al margen de la justicia por 14 meses (autor material del homicidio) y Alejandro Marrano (partícipe necesario, que se profugó por 23 meses).

Esa mujer, que perdió 12 kilos en pocos meses por la congoja de la tragedia personal que comenzó a transitar hace casi 16 años, está próxima a recibir una caricia en el alma. Será condecorada en el Teatro Municipal Gregorio de Laferrère como mujer distinguida en Morón, en reconocimiento a la tarea social que realiza en la ONG Madres y Familiares de Víctimas (MaFaVi). “Como toda distinción siempre es un halago, pero no es para mí sola sino para el grupo que integro y que decidió poner una mirada más atenta a los que somos familiares de víctimas pero a la vez victimizados por nuestras tragedias personales”, expresó a Primer Plano On Line.

Nelly toma unos minutos desde el seno de su hogar para contestar algunas inquietudes periodísticas, como por ejemplo, saber qué tipo de modificaciones experimentó en su vida personal después de que una banda de asesinos le arrebatara a su hijo, algo absolutamente antinatural para cualquier madre o padre. “En los primeros momentos uno busca saber quién hizo esto con mi vida. Cuando la justicia o las investigaciones no te responden adecuadamente, a mí como mamá me quedó el camino de la protesta pacífica. Nos atendían muy bien en la Fiscalía pero los imputados, que tenían nombre y apellido, no eran aprehendidos, con allanamientos que resultaban infructuosos. Ahí comenzó el cambio de una vida tranquila, doméstica, hogareñamente feliz, a esto que se convirtió en mi manera de vivir para conseguir el juicio a los asesinos de mi hijo”, describió.

Arata con Alicia Angiono y Silvia Cattaneo, dos de sus compañeras de lucha en busca de justicia y mayor protección a las víctimas

Sergio, quien lógicamente quedó marcado para siempre por el crimen de su hermano, posteriormente estuvo en otras tres ocasiones enfrentado con delincuentes que también portaban armas de fuego. “Nunca tuve la sensación de que mi hijo iba a descansar en paz luego de la condena a sus asesinos”, recordó. El fallo fue en 2005 y la sentencia fue a prisión perpetua para los dos implicados. “Fabián tendría que estar acá conmigo, con su bebé, con su mujer, viviendo la hermosa vida que llevaba adelante. Lo que sí puedo decirte es que cuando uno escucha la condena no es alivio lo que recibe, sino otra cosa mucho más profunda. Recuerdo que luego del juicio estallamos todos en lágrimas y abrazos, pero no era alegría, sino la sensación de haber logrado algo”, manifestó Arata.

Nelly también expone el drama al que todavía muchas familias se ven sometidas, que es la falta de acceso a la justicia. “De todas las mamás, hermanas, esposas que formamos la ONG, muy pocas tuvieron condenas, y esa es una de las cosas que nos siguen ocupando”, señaló. De hecho, atribuye la posibilidad de saber que los asesinos de su hijo están presos al trabajo del juez Diego Bonnano, a la abogada de la familia, Patricia Dana, y al fiscal Adrián Flores, que lograron desbaratar esa banda que asolaba a Ituzaingó y fue protagonista de muchos hechos en el año 2002 antes de ser atrapados.

Mañana será el turno en que esa mujer, que le pone el cuerpo al desconsuelo propio y ajeno, reciba el afectuoso saludo de la política y de la sociedad. Por eso, el artículo no tiene mejor cierre que una de sus reflexiones íntimas. “En los primeros momentos, ni bien mataron a mi hijo, una querida amiga me dijo que si le pasaba algo así ella quedaba anulada. Depende de cada uno, pero yo lo que puedo decir es que quedarse llorando no favorece a nadie. Hay que intentar aferrarse a lo que nos queda, ayudarse uno al otro para lograr el equilibrio que se necesita para enfrentar el dolor. Nunca más tendremos la felicidad que hemos perdido, que quedó en un pasado luminoso”.


Fuente: Primer Plano

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