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La 'sensación' vale tanto como las cifras reales del delito

Durante años el gobierno kirchnerista minimizó la percepción de inseguridad que crecía en la población. "Es una sensación", repetían encumbrados funcionarios, que se contraponía con "los datos de la realidad", es decir, las estadísticas que aparentemente confirmaban lo contrario -cifras de delito en baja-, aunque los datos sobre los cuales se basaba esa afirmación nunca aparecían públicamente, también por decisión política.
Para la administración saliente, la "sensación de inseguridad" era "una construcción" de la prensa hegemónica que tenía como objetivo minar la credibilidad del Gobierno en cuanto a seguridad pública. Sociólogos y especialistas en medios han dado cuenta del impacto que, efectivamente, puede tener en los ciudadanos -"las audiencias"- la difusión a repetición de los hechos criminales y del dolor o estupor de quienes los padecen como víctimas.

Pero tanto o más cierto que eso es que las encuestas de victimización e inseguridad subjetiva (las que miden "la sensación" ciudadana frente al delito) son tan importantes como las estadísticas puras y duras (judiciales o policiales) a la hora de trazar una política criminal seria.

Los índices de victimización, además de la percepción de las personas con respecto a la seguridad -entendido esto como las posibilidades de convertirse en un número más de las estadísticas- proveen una buena información acerca de las necesidades, esto es, "lo que la gente quiere o busca" en cuanto a seguridad. Pero también puede dar información sensible acerca de otras cuestiones relacionadas con la seguridad: desde cambios de hábitos y la adopción de medidas físicas puntuales en materia preventiva hasta datos que echan luz sobre la prestación estatal del servicio de seguridad y justicia y, en consecuencia, sobre la real dimensión de certeza de las estadísticas.

Que menos de la mitad de las personas que sufrieron un delito lo hayan denunciado no sólo revela que la información estadística es insuficiente y no refleja la situación real del delito: demuestra, también, la falta de confianza en la policía y en los jueces de parte de la sociedad.

La situación ideal, en materia criminalística, es contar tanto con estadísticas como con encuestas de victimización, de forma tal de analizarlas en conjunto y, así, poder elaborar mejores políticas, más dinámicas, ajustadas tanto al movimiento del "mapa del delito" como a los cambios de humor de los ciudadanos.


LA NACION  

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