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¿Incorruptibles? ¿Efectivos? Por qué los gobiernos prefieren a los gendarmes para combatir la inseguridad

Jefes comunales de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe le reclamaron al gobierno nacional mayor cantidad de uniformados. Por qué los prefieren frente a otras fuerzas. La opinión de especialistas en seguridad.
Los piden de diferentes rincones del país con el fin de resolver múltiples problemas. Los reclaman intendentes, gobernadores y funcionarios. Son solicitados porque tienen fama de incorruptibles y eficientes. Los 37.000 gendarmes que tiene la Argentina en la actualidad parecen ser el remedio para la destructiva enfermedad en la que se ha convertido la inseguridad. Aunque resulte inevitable destacar que la insistencia de los dirigentes políticos por sus servicios, desnuda la falta de respuestas de las policías provinciales y locales para prevenir el delito.

La Gendarmería Nacional se convirtió en la fuerza de seguridad más prestigiosa del país. La formación profesional, los resultados del trabajo en el territorio y la rigurosidad con la actúan en los operativos, se convirtieron en argumentos suficiente para marcar una diferencia con el resto de las fuerzas.Los gendarmes se transformaron en un salvavidas para los jefes comunales desesperados por el avance de los hechos delictivos.

"En el imaginario político está la idea de que si les mandas a la Gendarmería, se solucionan los problemas", le explicó a Infobae el ex secretario de Seguridad Interior, Sergio Lorusso. Esa concepción está asociada al insistente pedido de seguridad que le realizan los ciudadanos a sus intendentes.La sociedad necesita respuestas y los dirigentes políticos están obligados a darlas. Muchos de ellos encuentran en los gendarmes un comodín para apaliar los problemas de inseguridad, aquellos capaces de destruir una familia y de desgastar la imagen de una gestión de gobierno.

El ex ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, León Arslanián, se refirió a la demanda de gendarmes que hacen los gobiernos. "Los piden porque no pueden atender con eficacia y con sus propios policías, los fenómenos locales. Están desbordados y las instituciones no les responden satisfactoriamente", sostuvo en contacto con este medio. Ese desborde del que habla el ex funcionario es el inicio de una cadena de desacoples. Los gendarmes asumen la tarea de combatir el delito común cuando su verdadera responsabilidad es custodiar los pasos fronterizos y abocarse al tratamiento de los delitos federales. Es meter los pies en territorio ajeno.
 
En la Argentina hay 37000 gendarmes. Son la fuerza de seguridad más numerosa del país (NA)

La falta de eficacia de las policías provinciales en el combate contra el delito común es uno de los motivos más importantes por el que los gobernantes reclaman a las fuerzas federales. Las necesitan para reducir los índices delictivos que los agobian y para lograr que los vecinos, a través de los operativos de prevención, se sientan más seguros. En las últimas encuestas realizadas por las consultoras, la inseguridad ocupó el primer lugar entre los temas que más preocupan a los argentinos. Aún más que la inflación, la problemática que golpeó con fuerza los bolsillos de la población en los últimos meses. Una foto de la realidad que preocupa al gobierno nacional y que pone en foco la actuación de todas las fuerzas de seguridad.

Incorruptibles: ¿mito o realidad?


Uno de los motivos por el cuál son tan solicitados los gendarmes es por su fama de incorruptibles. A diferencia de otras fuerzas, existe en el imaginario colectivo la idea de que la Gendarmería es una fuerza inflexible y justa."Tienen una imagen ligada a la lejanía (de la gente), la incorruptibilidad y la fortaleza", indicó Lorusso. Es decir, que la sociedad advierte en ellos una figura de autoridad inquebrantable. Una imagen que han sabido construir con los años y que aumentó la credibilidad sobre sus acciones. Una batalla ganada en un país donde la desconfianza es un mal necesario con el conviven millones de personas. En todos los ámbitos y a toda hora.

Los gendarmes suelen ser trasladados con frecuencia. De una provincia a la otra, de un control fronterizo a una oficina en la que tienen que cumplir con tareas administrativas. Esa movilidad contribuye a su aparente impermeabilidad frente a los negocios ilícitos. Como contrapartida, Arslanián cree que las fuerzas locales están más contaminadas que la Gendarmería porque intervienen en delitos comunes y siempre en el mismo territorio. Aunque aclaró que "corrupción hay en todas las fuerzas".

"La sensación de la población con respecto a la Gendarmería es más un sustrato psicológico que de evidencia científica", sostuvo el experto en derecho penal y prevención de drogadependencia Claudio Stampalija. En esa línea, consideró que la fama que ganaron es parte del inconsciente popular y no de la realidad misma. Como si tuviera un halo de protección impuesto por la mirada social pero difícil de comprobar en la actuación concreta. Miradas distintas sobre la actuación de la fuerza federal más numerosa del país.
Los intendentes de la provincia de Buenos Aires y el Conurbano reclaman gendarmes para su territorio (NA)

Política, imagen y seguridad

Aunque prefieren no decirlo públicamente, muchos intendentes esperan con ansias las llegadas de las fuerzas federales a su territorio. No solo aquellos que deben lidiar con los hechos de inseguridad en las zonas más calientes del Conurbano, también los que en el interior de la provincia de Buenos Aires conviven con la Policía Bonaerense y sus mañas de viejo zorro. Mantienen el pedido de gendarmes pero evitan declaraciones públicas que puedan llegar a comprometer la decisión del gobierno nacional. Por conveniencia o temor, prefieren hacer silencio y esperar que la mayor cantidad de efectivos posibles desembarquen en sus localidades. Hacen política. Miden sus palabras y evalúan el impacto. Nunca dejan de pensar en las mieles de la gestión.

La decisión del gobierno de Macri de enviar efectivos de las cuatro fuerzas federales a la Provincia, fue la mejor noticia que pudieron recibir los jefes comunales. Los últimos hechos delictivos que tomaron conocimiento público, como el del carnicero que mató a un delincuente en Zárate o el médico que le disparó a un joven que intentó robarle el auto en Tres de Febrero,desataron el pedido desesperado de la sociedad. Los vecinos de las localidades donde ocurrieron esos hechos reclamaron seguridad y justicia en los medios. Pidieron, como tantos otros en el país, que los funcionarios políticos actuaran con rapidez.

"Hay una demanda popular muy fuerte y esto tiene consecuencias políticas indeseables en el sentido de pérdida de credibilidad y consenso por parte de los gobiernos", explicó Arslanián. Los hechos de inseguridad son un golpe al corazón político de los municipios y la solución pasajera para ese dolor es la presencia en las calles de fuerzas federales como la Gendarmería. "Los políticos creen que llenar las calles de gendarmes y prefectos les trae aparejado seguridad. No es cuestión de cantidad, es cuestión de calidad", afirmó Stampalija.
La Gendarmería actúa en operativos terrestres. Control, pratullaje y operativos antidrogas (NA)

Arslanián consideró que el primer paso para ordenar la utilización de las fuerzas y lograr efectividad en el combate contra el delito es la estabilidad de un programa de reforma. "Mientras no haya una modernización en las fuerzas provinciales y en su capacitación, además de mejoras tecnológicas y perfeccionamiento en los operativos, esto va a seguir así", explicó el experimentado ex funcionario, en referencia a la falta de buenos resultados en la lucha contra el delito.

Lorusso cree que el problema está en un hecho más común: "Falta confianza entre las fuerzas y existen trabas en la integración". Es decir, las fuerzas federales y provinciales tienen inconvenientes para trabajar en conjunto. Se celan, se miran con desconfianza, como si fueran pequeños hermanos que se están conociendo. Pero el verdadero inconveniente son las muertes y los robos que desangran a las familias argentinas. Las que están en el medio de la Gendarmería y los intendentes. Las que sufren la inseguridad cada mañana.

Fuente: Infobae

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